La idea era despejar la mente aprovechando el feriado por Fiestas Patrias yendo a un lugar en el que estuve a inicios de ese mismo mes. El viaje de ida (primero a Chosica y luego en micro a San Mateo) se realizó sin novedad y una vez que llegué a mi destino pasaron varias cosas. El río Rimac cargado (pero limpiecito), un ascenso al cerro sin conseguir el objetivo (que era llegar a un Cristo ubicado en una cima) y que casi me deja sin aire, el encuentro con tres burros mientras bajaba, un cielo espectacular y un recorrido por los principales lugares para visitar o conocer (la iglesia principal, la comisaría, el mercado y el estadio). Terminado el recorrido, había que volver al paradero de micros para emprender el viaje de retorno, porque ya estaba oscureciendo. El micro arrancó a golpe de 18:00. El viaje transcurría sin mayores sobresaltos, pero había veces que el chofer aceleraba y hacía que yo me pusiera como el Chavo en el capítulo de los espíritus chocarreros (la escena de la sesió...