El 31 de mayo de 1970 se produjo uno de los terremotos más destructivos en esta parte del mundo. Miles de personas fallecieron producto del movimiento sísmico y el aluvión que vino después, que de paso sepultó poblaciones enteras en el Callejón de Huaylas. Obviamente yo no fui testigo del terremoto, pero por lo que me contaron y lo que leí con el tiempo de hecho que fue terrible.
Lo que pasó en el barrio aquel 31 de mayo
Mamá tenía siete añitos y estaba jugando con un tío (ya fallecido) en el parque que queda por la casa. Cuando se produjo el terremoto había otros niños cerca, y todos ellos desaparecieron de vista. En medio de la polvareda (en ese entonces el parque era pura tierra), solamente quedó una viejita sentada en un banco: los dos fueron y se quedaron junto a ella. Luego su papá (mi abuelo) fue a recogerlos, y cuando se dieron la vuelta, la señora ya no estaba. Puede decirse que ella les salvó la vida.
En simultáneo se jugaba un partido del Mundial de México. A los dos días debutaba Perú: con el recuerdo fresco del terremoto, la selección sacó fuerzas de flaqueza, remontó y venció 3-2 a Bulgaria.
23/06/2001
Mi mamá tiene un retrato mío a lápiz en su cuarto. El dibujo fue hecho en el Centro de Lima (creo que fue cerca de la Plaza de Armas). Regresábamos a casa en taxi y justo se produjo el terremoto de Arequipa, al parecer el auto se movió un poquito. Pese a lo ocurrido en el sur, al día siguiente hubo fútbol: Melgar "le dio una gran alegría a su pueblo en medio de tanta desolación" (como leí en una revista de la época) al ganarle a Cienciano en el Cusco. Siguiendo con el fútbol, semanas después se jugó un partido benéfico en el estadio Nacional: jugaron glorias como Cubillas, Cueto, Chumpitaz, Uribe y otros que aún jugaban como Palacios, Soto, Olivares, entre otros.
15/08/2007
Estábamos en el comedor de la casa viendo Tom y Jerry en Canal 2 (en ese entonces parte de La Hora Warner) cuando empezó a moverse la tierra. El que menos se puso nervioso. Entonces salimos todos a la calle como medida de precaución. Tuve que volver a la casa por un vaso con agua: seguramente en ese momento aparecieron esas luces que muchos sí vieron. Hasta cinco personas en la casa no sabíamos lo que era un terremoto (porque nacimos después del 70) hasta ese día. A esa hora tenía que hacer tareas: como no quería hacerlas en mi cuarto (por miedo a una posible réplica) bajé mis cuadernos y las hice en el comedor. Mientras tanto, un partido entre Universitario y Sporting Cristal que debía jugarse esa noche quedaba suspendido.
Pero la cosa no terminó ese día: al siguiente tuvimos que ir al cole. Con todos los alumnos formados, se produjo otra réplica: inmediatamente los mandaron a todos a su casa. Poco tiempo después nos fuimos a Ica con la familia. En el camino pasamos por Pozo Santo y de lo que era su capilla solo quedaban ruinas. La figura se repetía en algunas partes del camino, como si el terremoto hubiese sido días antes.
Otras movidas
En el colegio se hacían simulacros de manera regular. Una de las medidas de protección fue pegar cinta scotch en forma de equis a todas las ventanas. Hace unos años renovaron las lunas y al parecer no volvieron a pegar las cintas.
Hace un par de años era de noche y hubo otro temblor. Mi mamá estaba muy desesperada pero no por la gente que vivía en los pisos de arriba (estábamos en el primer piso viendo tele), sino porque en su cuarto tenía una imagen de la Virgen. La figura la tiene desde hace muchos años y tenía miedo que se cayera, lo que afortunadamente no ocurrió.
En todos estos años recuerdo terremotos en Japón, Chile, India, Turquía, Irán, China, Haití y otros lugares, unos más destructivos que otros. Creo yo que además de la magnitud, el relieve, el material con el que se construyen las casas y la "cultura sísmica" (si se puede llamarla así) de cada país tienen mucho que ver con la cantidad de pérdidas humanas. Mientras que en Japón la gente evacúa de lo más normal (a sabiendas que las construcciones son firmes), en otros lugares la desesperación se apodera de la población. De todos modos, siempre hay que estar preparado, más aún si el Perú está muy propenso a sufrir estos movimientos.
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