Quien escribe ya había nacido cuando Juan Giha consiguió su medalla de plata en Barcelona 92, sin embargo, al tener semanas de nacido, lógicamente no recuerda la repercusión que tuvo en ese momento. De lo que sí hay memoria es de cuántas veces la delegación nacional cerró su participación en Juegos Olímpicos en blanco, hasta el reciente logro de Stefano Peschiera.
Estuve a poco de perderme la regata que le daría el bronce a Stefano. Por quedarme de largo viendo a los marchistas, el margen para dormir quedó muy corto, esto a sabiendas de que la final de la vela empezaba a las 6:00. Sin embargo, una vez despierto (y aunque habían pasado más de dos horas) me enteré que la final había sido cancelada y volvería a disputarse. Así, a acomodarse frente a la tele para ver la final "de verdad".
Como la gran mayoría seguramente de los que vieron la prueba, no sabía mucho del deporte, mientras veíamos a los veleristas pugnando por mantener o mejorar sus posiciones. Aunque alejado de los primeros lugares, el peruano (según el marcador global) se mantenía en zona de medallas. Terminó la carrera y salió la gráfica de la señal internacional con la medalla de oro para el australiano. A los segundos apareció el chipriota con la de plata, y luego de un suspenso apareció la gráfica con el bronce para Perú. La racha de 32 años sin medallas se había terminado. Y aunque ya no hubo más medallas para el país, la campaña fue considerada histórica. El bronce de Stefano entra a mi podio de alegrías deportivas no futbolísticas, junto a la clasificación de Perú al Grupo Mundial de la Copa Davis (2007) y el oro de Alexandra Grande en Lima 2019 (inolvidable ese día).
Ahora, a repasar lo que sí pude ver. La primera "amanecida" fue para ver a las marchistas. Se habló mucho de Kimberly García, por sus tremendos antecedentes, pero lo concreto era que había dos peruanas más en competencia. El oro quedó pronto lejos del alcance de Perú, con esa china que "voló" y lideró por más de media carrera, sin embargo, las tres terminaron la prueba. Terminado todo, había temas como para "levantar" en los medios: la buena ubicación de Evelyn, el "bajón" de Kimberly y las declaraciones de Mary Luz. En cuanto a los hombres, César Rodríguez no pudo acabar su carrera, aunque le quedaba una prueba más, justo con Kimberly.
En la maratón de marcha (prueba que debutó en París 2024) había que diseñar la estrategia. Empezaba César, le seguía Kimberly y el proceso se repetía una vez más. Cuando Kimberly tomó el último relevo, el bronce estaba a casi un minuto, pero ella remontó al punto de quedarse a menos de veinte segundos. Pese al entusiasmo y "deseos" de quienes transmitieron la carrera (excelente trabajo), en lo que restó a ninguna de las chicas de adelante la penalizaron y tampoco se les "acabó la gasolina", por lo que Perú terminó cuarto. Quedó para el "recuerdo" el pique de la española cuando recibió el último relevo: ganaron.
Al mejor estilo de la Liga1 y sus "actualizaciones", las instancias decisivas del surf se fueron postergando. Sin olas, no era posible competir. Seguía en carrera Alonso Correa, que avanzaba a paso firme. Para ver las semifinales tuve que buscar otro lugar. Las casas de apuestas seguían entregadas al fútbol, hasta que encontré una fuente de soda con la tele encendida en el canal 9. Compré un queque y ahí estuvimos esperando a que viniera una buena ola, pero nunca llegó y el francés clasificó a la final. Aunque no era tiro, a Alonso le quedaba una última bala para ganar una medalla, que finalmente se la quedó el brasileño. Le den o no la razón en su reclamo, igual el peruano hizo una gran campaña.
Los dos últimos días de competencia fueron de maratón. En la de hombres no pudo terminar Cristhian Pacheco. Aunque ya no había peruano en carrera, me quedé de largo hasta el cierre, y casi como de costumbre ganó un africano. Y para cerrar la campaña de Perú, Thalía Valdivia, Gladys Tejeda y Luz Mery Rojas participaron en la rama femenina. Las tres llegaron a la meta: en el caso de Thalía fue la primera sudamericana en terminar. La holandesa (nacida en Etiopía) puso el hombro (?) sobre el final y llegó primera, incluso habiendo ganado medallas en pruebas anteriores. Un físico impresionante.
Quería seguir con la maratón. La transmisión fue también excusa para hacer un "city tour" por París, con los principales atractivos de la ciudad. Veías la carrera y alternaba con vistas panorámicas de la capital. A juzgar por los comentarios, afortunadamente existen las cuotas por país, con un máximo de tres. Si no existiera, habría miles y miles de participantes, la gran mayoría etíopes, kenianos y ugandeses, países de donde salen los mejores fondistas.
Así, Perú terminó su participación con una medalla y cinco diplomas (Evelyn, Nicolás Pacheco, María Belén Bazo, Alonso y César con Kimberly). La próxima cita será en Los Ángeles 2028, a la que la mayoría de ellos podría llegar. Quedan cuatro años y habrá que redoblar esfuerzos y conseguir más apoyo. Y en el medio hay dos Bolivarianos (2024 y 2025) y los Panamericanos Lima 2027. En estos últimos Perú lo hace cada vez mejor, y los mejores podrían sacar su billete para LA.
Y para terminar, en plena transmisión de la maratón escuché "empezó a correr a los 33 años y ahora tiene 37". Tengo 32, y aunque no alcance necesariamente para unos Juegos Olímpicos, todavía se puede (?). Luego del "incidente" de julio y un mes "sabático", quedan cuatro meses para sumar más kilómetros de cara a fin de año.
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