A veinte años de su debut profesional, Paolo Guerrero por fin jugará en el fútbol peruano. Ya se sabe que hizo menores en Alianza Lima, que jugó un amistoso con el primer equipo, que salió en lista en algún partido oficial, pero de ahí se marchó a Alemania y ahí empezó su carrera como tal. Paolo ahora está en César Vallejo y se alista para debutar en la Liga1.
Que han extorsionado a mi familia, que ya no quiero ir, que "esos tipos", que mi mamá y tantas cosas más. La llegada del goleador a la UCV parecía quedar en nada e inclusive (a juzgar por sus palabras) era probable su retiro del fútbol. "A" y "B" parecían muy firmes hasta el día decisivo, pero alguien tenía que ceder. Y ese alguien fue Paolo. Finalmente ambas partes arreglaron y Guerrero terminó en Trujillo. Con toda la expectativa y show incluido fue presentado y ahora sí, oficialmente es jugador de Vallejo. Un buen sueldo, una residencia de lujo y todas las comodidades (y seguridad) que merece una figura del fútbol peruano.
En algún momento han metido su "cuchara" la novia, la mamá, el presidente, el presidente fundador, el abogado y hasta la esposa del presidente. Nadie ha querido perderse la "novela", que tuvo un final feliz, esto porque Guerrero terminó en el club poeta. Vallejo no ha empezado bien la temporada, pero desde luego va a levantar. Y tiene con qué. Paolo ha jugado con cracks (consagrados o futuros) como Claudio Pizarro, Kahn, Lúcio, Lahm, Schweinsteiger, Ballack, Santa Cruz, Van der Vaart, Olic, Paulinho, Vinícius Júnior, D'Alessandro... por lo que demás está decir que le va a sumar harta jerarquía al plantel "poeta".
La llegada de Paolo ha revolucionado Trujillo. Los chicos que hacen menores en la UCV se pelean por tomarse fotos o estar cerca de él. Incluso Mannucci, el otro equipo profesional de la ciudad (que si es su clásico rival, no se va a tratar aquí), le ha dado la bienvenida. La gente va a ir en mayor cantidad a ver a Vallejo, pero no por el club, sino por PG. Todo por lo que representa para el fútbol peruano y porque nunca antes ha jugado aquí. ¿Alianza? Parece que ya no llega. Por mí, me da igual, como sucedió con Pizarro.
La llegada de Paolo ha revolucionado Trujillo. Los chicos que hacen menores en la UCV se pelean por tomarse fotos o estar cerca de él. Incluso Mannucci, el otro equipo profesional de la ciudad (que si es su clásico rival, no se va a tratar aquí), le ha dado la bienvenida. La gente va a ir en mayor cantidad a ver a Vallejo, pero no por el club, sino por PG. Todo por lo que representa para el fútbol peruano y porque nunca antes ha jugado aquí. ¿Alianza? Parece que ya no llega. Por mí, me da igual, como sucedió con Pizarro.
Luego de actuar en canchas top de Europa y Sudamérica, Paolo conocerá las del torneo nacional. Estará en la altura de Cusco, el sol de Sullana y muchas más. Y como en Trujillo, va a ser el imán de taquilla en todo lugar, el hombre al que todos van a querer buscar. Y quizás le vaya a dar más exposición al torneo local en el exterior. Con todas las deficiencias que pueda tener (la Liga1, ojo), puede ser la oportunidad para empezar a cambiar esa imagen.
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