Antes de empezar, hay que hablar de la carrera que vino después de la segunda. Hubo una 5K en Villa María del Triunfo, con el detalle que la distancia era menor. Sin embargo, el grado de dificultad era mayor al existir una subida. Lo bueno es que una vez más llegamos a la meta: el recorrido se hizo en aproximadamente 18 minutos, para luego regresar a casa sin novedad, pero con un tomatodo que me gané de manos de un exárbitro, hoy trabajando en dicha municipalidad.
Un día "apareció" una publicidad de una 7K a realizarse en junio, con inscripción gratuita y uniforme propio, y había que aprovechar una vez más. Una vez llenado el formulario y recibido el correo, había que esperar el día para ir al Estadio Nacional y recoger el polo. Eran dos días (viernes y sábado, porque la carrera era el domingo), pero por darle "prioridad" a sintonizar la Eurocopa, preferí esperar el sábado. Sin embargo, ese mismo día apenas me dieron mi dorsal, por lo que (según palabras de los encargados) tenía que ir el mismo domingo (más) temprano para que me dieran el polo.
Un "error" de cálculo (por no decir que no puse la alarma (?)) hizo que el margen para llegar a tiempo se acortara. Una vez en camino, el clima no era bueno: además del frío, el piso estaba mojado, por lo que (siendo Don Pésimo) pensaba en la posibilidad de que la carrera no se disputara por "falta de garantías". Sin embargo, solo fue algo que se me ocurrió de repente, mientras subían al micro otros competidores.
Un "error" de cálculo (por no decir que no puse la alarma (?)) hizo que el margen para llegar a tiempo se acortara. Una vez en camino, el clima no era bueno: además del frío, el piso estaba mojado, por lo que (siendo Don Pésimo) pensaba en la posibilidad de que la carrera no se disputara por "falta de garantías". Sin embargo, solo fue algo que se me ocurrió de repente, mientras subían al micro otros competidores.
Al momento de llegar a la partida, faltaba menos de media hora para empezar, y en ese lapso había que calentar bien, recibir el polo y formar para empezar a correr. Mientras unos entrenaban, otros pugnábamos por recibir nuestros polos. Finalmente todos quedamos listos. Para mi buena suerte, la carrera empezó minutos después de la hora programada.
A las 8:33 (vi el reloj al salir) se dio la partida de la categoría Libre, y todos nos lanzamos a correr. Salimos del parque a la Avenida Arequipa mientras la gente aplaudía. También participaron de la carrera varios grupos que se preparan para entrar al Ejército y que corren gritando. Aun con menos físico y más cabello (?), fue posible seguirles el ritmo durante varias cuadras, pero a la altura del cruce con Tomás Guido llegó la primera parada, esto es, dejar de correr para caminar.
Al igual que en el recorrido antes de tomar la Arequipa, había una rampa de subida y bajada en el cruce con la Javier Prado. En la bajada aproveché para "recuperar" algunas posiciones, de la mano de la "fuerza de gravedad" y corriendo como un pollo sin cabeza (?). La señal de media vuelta fue como un alivio, pero igual había que seguir corriendo. En pleno nos cruzamos con un patinador vestido con el uniforme de la selección (con el nombre de Joao Grimaldo) y una bandera y un chico disfrazado de Elmo. Con las últimas fuerzas que me quedaba me iba acercando y al momento de doblar para entrar al parque, el patinador nos daba aliento. Finalmente llegamos a la meta en unos 53 minutos: mi cronómetro marcaba 12, pero se había detenido en algún momento.
La gente se tomaba fotos y se grababa luego de cruzar la meta. Los ganadores de cada categoría fueron premiados y los demás hacíamos cola para recibir algún souvenir. Una vez recibido, era el momento de emprender la retirada, con la satisfacción de haber cumplido los "objetivos" trazados: llegar, llegar en menos de una hora, no quedar último y haber superado al menos a un corredor de un "team". Con el tiempo estos serán más exigentes.
A las 8:33 (vi el reloj al salir) se dio la partida de la categoría Libre, y todos nos lanzamos a correr. Salimos del parque a la Avenida Arequipa mientras la gente aplaudía. También participaron de la carrera varios grupos que se preparan para entrar al Ejército y que corren gritando. Aun con menos físico y más cabello (?), fue posible seguirles el ritmo durante varias cuadras, pero a la altura del cruce con Tomás Guido llegó la primera parada, esto es, dejar de correr para caminar.
Al igual que en el recorrido antes de tomar la Arequipa, había una rampa de subida y bajada en el cruce con la Javier Prado. En la bajada aproveché para "recuperar" algunas posiciones, de la mano de la "fuerza de gravedad" y corriendo como un pollo sin cabeza (?). La señal de media vuelta fue como un alivio, pero igual había que seguir corriendo. En pleno nos cruzamos con un patinador vestido con el uniforme de la selección (con el nombre de Joao Grimaldo) y una bandera y un chico disfrazado de Elmo. Con las últimas fuerzas que me quedaba me iba acercando y al momento de doblar para entrar al parque, el patinador nos daba aliento. Finalmente llegamos a la meta en unos 53 minutos: mi cronómetro marcaba 12, pero se había detenido en algún momento.
La gente se tomaba fotos y se grababa luego de cruzar la meta. Los ganadores de cada categoría fueron premiados y los demás hacíamos cola para recibir algún souvenir. Una vez recibido, era el momento de emprender la retirada, con la satisfacción de haber cumplido los "objetivos" trazados: llegar, llegar en menos de una hora, no quedar último y haber superado al menos a un corredor de un "team". Con el tiempo estos serán más exigentes.
Ah, horas antes había recibido una invitación para salir con unos amigos, pero al momento de leer el mensaje ya era muy tarde para darles el alcance. ¿Qué pasaba si me sumaba a la reu? Pues la hubiese pasado bien, pero también me hubiese quedado poco margen para regresar a casa, descansar, alistarme y presentarme a la carrera, corriendo el riesgo de ser descalificado por no estar en condiciones apropiadas (?). Ya habrá oportunidad de salir con los muchachos.
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