Un embarazo y algo más. Ese fue el tiempo que separó la sexta de la sétima fecha de la Eliminatoria. En el medio una Copa América, que en el caso de Perú no trajo alegrías, y cambios en los banquillos de varias selecciones. Para ese entonces Fossati ya había asumido por estos lares, y de vuelta al Premundial tenía que hacer frente a nada menos que el flamante subcampeón continental, que llegaba con un viejo conocido del fútbol peruano, Néstor Lorenzo.
La lista para la fecha doble tuvo novedades entre ausencias y presencias. De las primeras, ya no estaban los Cueva, Guerrero y Carrillo. Más que congraciarse con los que ahora lo critican y critican o felicitarlo por la decisión tomada, que el "Nono" no los haya llamado era una cuestión de sentido común: uno acaba de reintegrarse al club que lo botó al día siguiente de anunciar su fichaje (del porqué no se va a hablar aquí), otro, tras una tremenda novela en torno a la salida de su anterior equipo, ya entrena con el que lo presentó a toda pompa (y al que volvió luego de más de veinte años) y el último se quedó sin equipo, aunque pronto tendría uno nuevo. Del otro lado, regresos como Yordy Reyna y Santiago Ormeño y recién llegados como Jean Pierre Archimbaud y Maxloren Castro. De este último, aunque no salió en lista (como los Yordy, Grimaldo, Santamaría...), ya tendrá su chance: estos días de "entreno" habrán sido valiosos para un chico que recién este año ha debutado en la profesional.
El rival era uno de los más fuertes que le podía tocar a Perú y que podría llegar directo al Mundial (por lo hecho hasta el momento en la Eliminatoria y en la última Copa América). Además, con una selección llena de incertidumbre y un presente poco auspicioso, qué se podía pedir a la hinchada. Sin embargo, a los "incondicionales" no les importó pagar un mínimo de S/ 120.00 (como si estuviéramos peleando en lo más alto) para ir al Nacional. Al final, una vez más el estadio estuvo lleno. Sin embargo, en lo personal me crucé con poca gente con camiseta de Perú en las horas previas.
Un 3-5-2 de arranque con Sergio Peña de titular. Ni el uno ni el otro me gustan, pero a la selección se le apoya igual y uno no sabe cuándo ese jugador al que tanto criticas te puede tapar la boca con un gol, asistencia o un gran partido. ¿El primer tiempo? Cero y cero y un gol anulado de Lapadula. Ante un rival superior, Perú logró mantener su portería en blanco al descanso. Colombia se presentó con camiseta negra, dejando de lado el amarillo habitual (que en 1981 era naranja), por lo que me dije "con ese uniforme no nos pueden ganar", aunque en su momento Perú tuvo uniforme alterno del color "serio".
El segundo tiempo fue otra historia. En el rival ingresó James Rodríguez, con lo que la preocupación por defender era mayor. El "renacido" capitán colombiano gestaba ocasiones, pero la defensa peruana respondía a la altura. Hasta que llegó el gol peruano: servicio desde la derecha y Callens que llega a la carrera para definir. Una espera innecesaria por la consulta en el VAR y listo, 1-0 y Colombia saca del medio. Muy bien por el ex Sport Boys, pero viendo el vaso medio vacío (casi siempre hago lo contrario), van siete partidos, Perú apenas ha marcado dos veces y los delanteros aún no "mojan". Fossati (suspendido, vuelve a la banca frente a Ecuador) mandó desde el vamos a Lapadula y Valera y ninguno de ellos pudo batir a Vargas. Ormeño ingresó sobre el final y no tuvo tiempo para ello.
Perú ganaba, Gallese sacaba balones peligrosos, la hinchada estaba contenta... hasta que llegó el minuto fatal. Perú efectúa sus primeros cambios justo antes de un córner, James lo sirve, Luis Díaz que se aviva y anota el empate. Con la marca de Corzo (quien no estuvo solo en la banca), posiblemente el del Liverpool hubiera sido neutralizado, como en Barranquilla 2022. Y el festejo de Lorenzo contrastaba con el lamento de Archimbaud, su expupilo en FBC Melgar, quien precisamente entró segundos antes. Uno de los reemplazados fue el propio Callens, quien se retiró con cierta pica (quería seguir jugando), eso mismo que sentí cuando el partido terminó. Un puntito que por unos quince minutos era el triple. Para la anécdota, no pude ver la rabona de Peña, pero sí ese tiro libre pifiado de Tapia sobre el final.
Con Perú ganando y con tan poco por jugar, ya me imaginaba los posteos haciendo el paralelo con el triunfo del 81, que luego de tantas frustraciones por fin se cortaba la racha, que volvemos a la vida, que Perú se tomó un café..., pero con el gol colombiano se echó a perder todo. De paso, tras la derrota de Chile en la víspera, era la oportunidad para alcanzarlos en la tabla y quedar a tiro de repechaje, pero la realidad indica que Perú no ha podido dejar la cola. Hubo mejoras con respecto a partidos eliminatorios anteriores (Perú patea al arco y hace goles) y más atrás en el tiempo (en la eliminatoria pasada Perú perdió feo, aunque aquella vez hubo cero espectadores en las tribunas). Luego toca visitar a Ecuador, que cambió técnico después de la Copa América y que ya sabe lo que es perder en casa con Perú (?). Si ya lo hizo dos veces (nunca se olvidará lo del 2017), ¿por qué no una tercera?
El camino es largo y aunque Perú sigue último, todo está apretado. Nadie puede decir que una selección o la otra está eliminada, pero por el otro lado, por el ritmo que lleva, Argentina bien podría saberse en el Mundial (faltaría saber en qué fecha se asegura). Y una vez terminada la fecha 18, se podrá decir con seguridad si Perú ganó un punto o perdió dos ante Colombia en Lima.
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