Para empezar, una voz autorizada en lo que respecta a jugar Eliminatorias.
"En Sudamérica (la Eliminatoria) no es acá como Europa, que juegan contra San Marino, San no sé cuánto y todo eso... Así es más fácil llegar a un Mundial"
- Luis Suárez, 2010 (entrevista realizada por El Gráfico, cuando el uruguayo jugaba en Ajax).
El proceso eliminatorio rumbo al Mundial Norteamérica 2026 está por empezar. Como cada cuatro años, la ilusión se renueva, más aún si hay más cupos para todos (aunque el Mundial con 48 equipos para mí es un exceso). Precisamente el primer partido del proceso en todo el mundo será el Paraguay - Perú, y en octubre del 2025 se rematará contra el cuadro guaraní en Lima. Las diez selecciones se alistan para jugar, aunque para dos de ellas, por antecedentes inmediatos, la eliminatoria se vería como un trámite.
Así, Perú tendría que pelear su clasificación hasta el último partido. La eliminatoria será muy reñida, aunque al final habrá más selecciones que terminarán satisfechas. Pues bien, haciendo cálculos y sacando promedios de las Eliminatorias anteriores, Perú deberá sumar una cantidad determinada de puntos para estar con seguridad en el próximo Mundial, incluso evitando la repesca, que fue el "techo" en los dos anteriores procesos. Esto es solamente un ejercicio especulativo matemático: si las cosas terminan mejor, a buena hora.
Local
Perú perdió muchos puntos en dicha condición en la Eliminatoria para Qatar y ello a la larga impidió lo que hubiera sido la clasificación directa. Para conseguir el cupo es indispensable hacerse fuerte en casa, como en su momento lo hizo Ecuador. Así, Perú debe asegurar los tres puntos ante todos sus rivales directos, de manera que tendría 21. Por ahí alguno se podría empatar, pero el resto no. Y ante Argentina y Brasil, si no se gana no sería como para hacer un drama (porque ambos están muy por encima del resto), pero igual habría que asegurar al menos un puntito (si son tres, negocio redondo), más aún si toca enfrentarlos este año.
No se consideran "variables" como la posibilidad de jugar algunos partidos en altura (¿Arequipa?) o las bajas propias o de los rivales que nos toque enfrentar.
Visita
Hasta el proceso para Brasil, la cosecha de puntos de Perú fuera de casa había sido ínfima. Fue a partir de las Eliminatorias para Rusia en que la selección se "acostumbró" a traer puntos a casa: se ganó en Asunción y Quito y luego en Caracas y Barranquilla, para así quedar a tiro de clasificar (uno sí y otro no). Pues bien, dado los últimos antecedentes, si hay un partido de visita que se tenga que ganar o ganar, tomando en cuenta el nivel del rival, es ante Venezuela. De todos los demás, entre Chile, Colombia, Ecuador y Paraguay se tendría que sacar al menos cuatro unidades, incluso ganándole a uno de ellos, algo que (salvo ante Chile) Perú ya ha conseguido. Con este último resultado, posiblemente se recuperaría algunos puntos perdidos como local.
Como dato extra, Perú nunca pudo ganarles a domicilio a Argentina y Brasil por Eliminatorias. Dadas las actuales condiciones, conseguirlo sería toda una proeza.
Al Mundial...
Así, Perú sumaría 26 puntos al final de la Eliminatoria y lograría la clasificación al Mundial 2026 en quinto lugar, con la misma ubicación y puntaje del proceso para Rusia. Terminado el partido ante Paraguay en Lima (con triunfo peruano, tomando en cuenta estos cálculos), la gente sale a las calles, se decreta feriado al día siguiente, nos olvidamos de la crisis política y nos tomamos todo el trago (?) del país. Juan Reynoso haría historia (si es que se mantiene hasta el final) y ya no sería cuestionado más, y los jugadores se convertirían en héroes nacionales (algunos por partida doble). La hinchada se apuraría en sacar los pasajes para Norteamérica y, sumados a los peruanos ya establecidos allá, conformarían una de las aficiones más numerosas del certamen.
Para armar el cuadro se consideraron las Eliminatorias en las que jugaron todos los miembros de la Conmebol (2002, 2006, 2010, 2018 y 2022). Como bien dice, Perú tendría asegurado repechaje (sétimo) con 22 puntos, pero mejor dejarlo ahí, y todo por lo que pasó aquel fatídico 13 de junio.
La letra chiquita (pero más grande)
Todo bacán con los números y las matemáticas, pero ¿habrá material para hacerlo posible? Buena pregunta. Perú ha jugado las Eliminatorias 2018 y 2022 casi con los mismos nombres. Para muestra un botón: de los 23 mundialistas de Rusia, dos están retirados y todos los demás, salvo Paolo Hurtado, han sido convocados desde que empezó la eliminatoria para Qatar. Y hay otros casos para tomar en cuenta
Paolo Guerrero, a meses de cumplir 40 años, sigue siendo tomado en cuenta. Es el goleador histórico de la selección y exceptuando Gianluca Lapadula, es el atacante peruano mejor posicionado en el fútbol mundial en el presente, pues actúa en LDU de Quito, un equipo protagonista a nivel local y continental y que actúa en una liga más competitiva que la peruana. Detrás vienen los Ruidíaz, Valera, Succar, Olivares, Liza y demás: entre los mencionados, si es que no están en deuda, aún no explotan como para decir que serán carta de gol asegurada en la selección de aquí a varios años, como sí lo ha sido Paolo.
Es sabido que el nivel de la Liga1 no es el mejor (si yo hiciera un ranking de las ligas de Conmebol, sería la octava). Así, lo ideal sería que los jugadores de mayor proyección salgan pronto, pero no salir por salir. Necesitamos exportar y que los jugadores puedan adaptarse lo más pronto posible, sin flaquear en caso no sean titulares de arranque. Para Rusia y Qatar se compitió sin tener tantos jugadores en ligas top, pero ello no quiere decir que la figura sea igual en esta Eliminatoria. Los tiempos cambian.
No es que no haya jugadores (dicho así, sería hasta una falta de respeto), más bien habría que replantear la frase: "no hay suficientes jugadores con nivel como de selección". Y para que sí los haya, hay chamba por hacer: estas convocatorias de jugadores locales, aunque por este año apuntando a lo que será el equipo que afrontará el Preolímpico para los Juegos Olímpicos de París, servirán para que ellos se familiaricen con la selección y así, cuando les toque el momento, no les pese la responsabilidad.
La eliminatoria de Conmebol durará algo más de dos años. En medio habrá una Copa América, en la que (por antecedentes) Perú se pone objetivos cada vez más serios. Pero la meta principal deberá ser la clasificación al Mundial 2026. A juzgar por lo que dijo Suárez, no habrá rivales "papayitas", por lo que habrá que jugar, meter y darlo todo desde el pitazo inicial en Ciudad del Este. Y además de los jugadores y comando técnico (quienes cargan con la mayoría de la responsabilidad), los dirigentes, la prensa y la hinchada también tendrán que empujar el carro hacia una misma dirección. Así, las posibilidades de éxito serán buenas, incluso más de lo que este ejercicio ha querido calcular.
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