Como una especie de prólogo al partido de Perú, en los días previos hubo mucho de qué hablar en cuanto a otras aristas del fútbol peruano. Apenas al día siguiente del Perú - Uruguay se jugó un clásico por el Torneo de Reservas y se inició la Etapa Nacional de la Copa Perú, con bajas y clasificaciones a última hora y fuera del campo. Al día siguiente Alianza Lima cerró su participación en la Copa Libertadores Femenina y salieron los dos ascendidos para la Liga1 2025. De esto último aún se habla: que ese gol fue en posición adelantada, desde luego que sí, pero si Comerciantes FC ascendía en tiempo regular o en penales (que siempre son una ruleta), ese tanto quedaba como una mera anécdota.
Tanto morbo generaba la posibilidad de que Juan Pablo II College ("el equipo de Lozano") ascendiera que hizo que aquellos que ni bola le dan a la Liga2, ante la aparente falta de fútbol (aunque en simultáneo jugaba AL femenino) para ver a esa hora, se engancharan a su partido, y por ende echaran chispas tras el triunfo de los de Chongoyape, aunque ello más va por las críticas hacia la labor del "Rebeca" en la FPF. Sin embargo, más allá de las celebraciones, el equipo, por lo chiquito de su estadio, tendrá que dejar su ciudad para jugar la Liga1. Y Comerciantes FC sacó a las horas un comunicado enérgico, pero con suerte solo conseguirán que el árbitro pase algún tiempito en la "congeladora".
Lamentablemente el escándalo en torno al ascenso del "Juampi" (?) dejó en segundo plano el de Alianza UDH, que sí lo hizo sin mayor discusión y así tendrá una nueva oportunidad en Primera División. Tras perder el ascenso en 2023, los de Huánuco ya no querían más fracasos: empezaron a trabajar antes que todos y fueron el equipo más regular del torneo. De la mano del buen Cominges, le ganaron los dos partidos a Santos y volvieron a la Liga1.
Más allá de las grandes diferencias (historia, jugadores, nivel) entre una y otra selección, Brasil y Perú tuvieron una primera rueda de Eliminatorias relativamente similar, empezando porque ambos cambiaron de técnico en pleno proceso. Mientras el "Scratch", que a priori tenía como para clasificar jugando a "media caña" y con anticipación, divagó en la irregularidad, con puntos perdidos como local y distante de anteriores versiones, nuestra selección, que como varias otras tiene que pelear la clasificación partido a partido, anduvo entre demoras y una lluvia de cuestionamientos: demoró en patear al arco, en anotar su primer gol y en ganar su primer partido. Sin embargo, pese a todo ello, Perú cerró la primera mitad con vida.
La selección fue bien despedida en su viaje rumbo a Brasil. Como en los buenos tiempos (recientes), los hinchas le hicieron el seguimiento al bus con los jugadores del hotel al aeropuerto. Todo lo que generó el triunfo sobre Uruguay. En las horas previas vi gente con la camiseta de Perú (algunos con la alterna) y uno que otro con la del rival. La historia decía que Brasil y Perú inauguraron el mismo estadio donde se jugaría el encuentro y que la "Blanquirroja" le aguó la fiesta, pero el contexto de ahora era distinto: un partido por los puntos y con diferentes necesidades para uno y otro.
Pitazo inicial y Perú con novedades: Advíncula titular y con la cinta de capitán de yapa, Callens de vuelta al tridente defensivo, Cartagena ya habilitado para el quite al lado de Castillo y Flores arriba con Bryan Reyna, quien se metió al once a minutos de empezar. Pese a su localía y superioridad, Brasil no generaba peligro real en los primeros minutos. Peña que le pone una buena pelota a Flores y el "Orejas" abre la cuenta. Lo gritamos, pero Edison no, porque se sabía adelantado. Qué pena, y de estas vendrían muchas más.
Pasada la media hora llegó el primer tanto. Como de costumbre en esta parte del mundo, el árbitro pitó penal y entre los reclamos, la revisión del VAR y la ejecución del lanzamiento transcurrieron varios minutos. Pese a las protestas, Ostojich consideró que fue penal de Zambrano (si era en área brasileña, lo pensaba más de dos veces) y solo nos quedaba encomendarnos a Gallese. Raphinha apuntó, disparó y puso el 1-0, cuando Brasil hasta ese momento no había tenido ocasiones claras. Antes del descanso amonestaron a Gallese y lo perdimos para el siguiente partido, por lo que se vendrá alto dolor de cabeza para el exarquero Fossati al momento de elegir a su reemplazante (Cáceda, Romero u otro), y a poco de iniciado el segundo tiempo otro penal para la canarinha, con el mismo lanzador y desenlace. Sin Neymar, Brasil encontró a su dueño de los penales, aunque el ex Barcelona pronto regresará para "desplazar" al hoy atacante culé.
El 2-0, aunque sea catalogado como el resultado más engañoso del fútbol, se veía lapidario por cómo iba uno y el otro. Sin embargo, Brasil quería más goles para alegrar a su público y llegaron dos seguiditos: un tijeretazo de Andreas Pereira y un remate colocado de Luiz Henrique. Los errores en el pase y la poca marca nuestra terminaron de liquidarnos. La solidez defensiva de anteriores partidos se hizo agua. Y en ataque solamente aproximaciones, como para que los garotos sí se rieran de verdad. Pisaron a Araujo en el área rival, pero el árbitro dejó seguir, con lo que se esfumaba un posible penal para el descuento. Cuando llegó el 4-0, tenía miedo de que los brasileños no pararan la mano y nos masacraran como lo venía haciendo Argentina a Bolivia. Lo peor para Brasil parece haber pasado: para noviembre ya deben tener un pie y algo más en el Mundial. Por el lado de Perú, fue un déjà vu: de la fecha doble de setiembre: tras un primer partido con buenas impresiones, en el segundo se retrocedió. Y los saludos y destaques por el triunfo del viernes de seguro volverán a mutar en las críticas de antes, tal vez con más fuerza por lo que fue goleada.
Como dijo Jorge Andrés ya terminado el partido, una derrota ante Brasil era previsible, pero de esa manera dolía. Suscribo, pero con el añadido de que da cierta pica, porque este no es ni por asomo un Brasil que tú veas y digas "ya valimos, mejor ni juguemos", pese a que igual irá al Mundial. Para ser precisos, aquel Brasil (el de Ronaldo, Ronaldinho, Roberto Carlos, Kaká...) apenas nos ganó 1-0 cuando lo enfrentamos: fue un domingo de marzo del 2005, con un Perú con jugadores más ranqueados que hoy, pero con los que no se consiguió nada.
Ahora a esperar noviembre, y recibir a un rival especial como Chile. Si no lo botan (o no renuncia), se viene el "Perú - Ricardo Gareca", con harta dosis de morbo. El vecino viene de capa caída, pierde de local y de visita, también le cuesta hacer goles y puede ser la chance para que Perú coja el martillo y le clave los últimos clavos del ataúd. Aplicando lo que queda (?) de la "fórmula" para ir al Mundial, ganar este partido y los demás que queden como local es obligatorio, además de traerse los tres puntos de Venezuela (a la fecha también eliminado) y "robar" algún otro punto de visita, sino solo nos quedará juntarnos otra vez para ver el Mundial y alentar a una selección distinta de la que viste de blanco con una franja roja diagonal.
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